Posteado por: dacilpolar | febrero 21, 2009

Llegó el momento…

Hay que decir adiós

Se pone el sol por última vez... tarda horas en hacerlo

Se pone el sol por última vez... tarda horas en hacerlo

En unas 4 horas sale nuestro hércules… nos despedidos de la Antártida y nos llevamos un buen recuerdo… el día de hoy ha sido aún más espectacular que el de ayer, nada de viento y hasta algo de calor. Nuestra salida se ha retrasado precisamente por eso, la pista estaba demasiado blanda y hay que esperar a que se enfríe. Fantástica despedida… Nos han dado unos diplomas por nuestra estancia aquí… nos llevamos grandes amigos, una gente hospitalaria y servicial, nos han acogido como si fuéramos parte de esta dotación… sólo puede haber palabras de agradecimiento. Es hora de descansar unas horas antes de salir… ni idea de cuándo llegaremos a Buenos Aires, mañana por la tade, pasadomañana… ya veremos, en cuanto a la Antártdia no hay horarios rígidos, todo depende de la meteorología. Y así es como termina este blog, este viaje al Sur… espero haber podido transmitir al menos en parte, algo de la belleza de este lugar. Viajar a la Antártida es echar un vistazo a lo más profundo de nuestra alma, es empezar de nuevo. La Antártida marca un antes y un después, saca lo mejor de cada uno y es, al final, un viaje al interior de uno mismo, así que lo que te inspire este sitio, lo que encuentres en él, está en realidad dentro de ti, lo has traído contigo…

Dentro de unas horas se acaba este sueño… Pero hay que mantener la ilusión, y esperar tranquilamente, otros sueños llegarán, y algunos de ellos, como éste, se cumplirán.

Un saludo, y hasta siempre.

Posteado por: dacilpolar | febrero 19, 2009

Tras la tormenta…

Un día radiante…

 

Nos vamos mañana… y después de dos días encerrados por culpa de la ventisca podría pensarse que esa noticia sería acogida con alegría… Pero no, no ha sido así, al menos para mí, y la culpa la tiene el Sol. Para que nos cueste más irnos, hoy es un día precioso, con nubes altas, todo cubierto de nieve y un sol radiante. Hemos salido por fin de la base y el paisaje nos ha dejado sin palabras, una vez más.

Base Marambio tras la ventisca

Base Marambio tras la ventisca

El jefe de base, el vicecomodoro Enrique, nos ha llevado en una furgoneta a los rincones más bonitos de los alrededores para que pudiéramos filmarlos. Hacía mucho viento y la sensación térmica era de menos 8 grados. Después de unos minutos sacando fotos, la cámara no funcionaba bien, y los dedos tampoco respondían… pero ha valido la pena, ¡qué paisajes! ¡qué luces, qué brillos! Hemos visto el monte Cockburn, a lo lejos, que es un volcán extinto rodeado de mar, los témpanos blanquísimos sobre el océano de un azul intenso, como el cielo, de un color que nunca hábía visto, ni en los días más claros en Canarias. Es tan azul que la cámara no lo ha sacado fielmente… se ha quedado corta a pesar de los 14 megapixeles que tiene.

Excursión por la isla Marambio

Excursión por la isla Marambio

Dan ganas de correr por toda esa nieve, pero hace demasiado frío como para jugar. Enrique nos ha llevado hasta una zona donde abundan los fósiles de conchas y trozos de madera… un lugar que, como él dice, es historia viva de esta isla. En otras partes hay también fósiles de hojas y de tiburones prehistóricos, pero hasta allí no hemos llegado, está lejos y no se puede llegar en coche.

Fósiles

Fósiles

Después de algo más de una hora sacando fotos… era el momento de regresar a la base a comer y entrar en calor. Luego un café y una charla casi casi de despedida… Las vistas desde el cuarto de juegos no tienen comparación… con el mar azulísimo y los témpanos pasando lentamente… casi quietos sobre el mar. Un día de película, precioso, una gran despedida…

Miguel grabando el Cockburn

Miguel grabando el Cockburn

Y nuestro iglú sigue en pie, intacto y confortable… aunque algo amorfo visto desde fuera… pero es que ha soportado vientos de más de 80 km por hora, toda una hazaña.

Nuestro pequeño iglú... aguantando el viento

Nuestro pequeño iglú... aguantando el viento

Nos queda por delante la tarde, y la aprovecharemos para sacar las últimas fotos de un atardecer en la Antártida… Hoy es la última noche, mañana por la tarde nos vamos de nuevo hacia Río Gallegos… Eso si consiguen aplanar la nieve de la pista para que aterrice el Hércules, si no, pues otro día aquí.

Un día radiante en Marambio

Un día radiante en Marambio

¿Nos habrá cambiado la Antártida?

Un saludo, y hasta pronto.

Posteado por: dacilpolar | febrero 18, 2009

Atrapados por una ventisca

Ventisca

Bueno, al final esto tenía que pasar. Hay una ventisca fortísima y estamos «atrapados» dentro de la base. Por supuesto no funciona internet, así que estamos un pelín incomunicados. La ventisca arrastra nieve, así que se está empezando a acumular bastantes junto a las ventanas. Esto sí que es «antártico»… Ayer había mal tiempo también, pero sólo era porque no había visibilidad y estaba nevando. Aún así, se podía salir de los módulos de la base. De hecho, salimos y construimos un pequeño iglú con la nieve acumulada. Era precioso, azul por dentro y con espacio suficiente para dormir dentro. Nos llevó un buen rato construirlo a Miguel y a mí. Luego corriendo a la cocina… nos tocaba hacer de «Maria». Así se les llama a los que les toque poner las mesas y fregar los platos. Así que fuimos marías encantados. Después de cenar, partidillo de dobles a ping pong… y unas copas. Y poco más… encerrados en la base no se puede hacer mucho.

Pasillo principal, en dirección al comedor

Pasillo principal, en dirección al comedor

Para que se hagan una idea, la base está compuesta por varios edicifios, módulos unidos entre sí por unas pasarelas verdes elevadas como un metro y mediosobre el suelo para que cuando nieve, las pasarelas no se cubran (aunque hoy están bastante cubiertas…). Los edificios son el hangar de los helicópteros, la torre de control, la usina (donde se genera la energía para la toda la base), un módulo científico, una caseta donde se hace el agua derritiendo nieve, y el módulo principal. Éste es el más grande, se entra cruzando varias puertas de esas gordas, de frigorífico, y se accede a una sala habilitada como museo, donde se cuenta la historia de la base, hay varias fotos enmarcadas, fósiles, restos de antiguos aviones, huesos de ballena, y un pingüino disecado. A la izquierda hay una pequeña capilla, y al frente un pasillo largo, con una puerta. Tras esa puerta hay otro pasillo largo con otra puerta. Tras ella, otro pasillo con una puerta al fondo y dos a los lados. Por ellas se accede a las alas laterales donde está jefatura, una sala de conferencias, comunicaciones, etc. Siguiedo de frente el pasillo, otra puerta y otro pasillo (por esto digo que parece una estación espacial, o un módulo lunar… es como estar en la película Alien el octavo pasajero). En el nuevo pasillo hay otras puertas laterales que dan acceso a dormitorios.

La base antes de la gran vestica. Edificio principal

La base antes de la gran vestica. Edificio principal

Más adelante, más puertas que dan acceso a la sala de teléfonos, calefacciones, correos, más dormitorios (ala femenina, ala masculina, ala de oficiales), y no sé si me olvido de algo. Al final del pasillo, a la izquierda, se llega al comedor, una sala muy grande con mesas de 8 plazas de madera, varios sillones y una tele, y al fondo, el acceso a la cocina. CAda vez que alguien tiene sed, hambre, o quiere tomar un café, no tiene más que entrar en la cocina y coger lo que quiera. Luego lo friegas y ya está. Junto a este comedor está la sala de juegos.

Museo y salido, al fondo, hacia la ventisca

Museo y salida, al fondo, hacia la ventisca

 

Capilla

Capilla

Tiene varias cristaleras desde las que, si estuviera despejado, se vería el mar del Terror y los témpanos navegando lentamente hacia vete tú a saber dónde. En esta sala hay dos billares, una barra de bar, una mesa de ping pong y una diana de dardos (y dos baños). justo en frente del comedor hay una sala que normalmente es de estar, con una guitarra y varios sillones, pero como la base está repleta, han habilitado esta sala para que durmamos en ella Encarna y yo, y una geóloca checa (que no habla casi nada). Hoy me he desperdado por el sonido del viento… infernal. Teníamos previsto ir a las 7 de la mañana hasta el módulo científico para grabar cómo lanzaban un globo sonda para medir datos meteorológicos, pero claro, con este viento es imposible.

Comedor, algo desordenado tras el desayuno

Comedor, algo desordenado tras el desayuno

Así que después de desayunar, café y galletas, me he venido hasta la biblioteca para ver cómo va esto de internet. Bastante mal, me han dicho.
Por cierto, ayer, a la hora de la cena, el jefe de la base me vino a buscar para invitarme a la sala de comunicaciones. Allí habian establecido por radio comunicación con las 9 mujeres de la base Matienzo. Para mí fue una gran alegría poder hablar con ellas, porque desde España ya había oído que Argentina estaba «experimentando» con estas 9 mujeres aisladas en una pequeña base. Ha sido genial hablar con la jefa de ese grupo, Susana, y hacerles una pequeña entrevista por radio. Esta noche, si las condiciones lo permiten, comunicaremos con ellas otra vez y grabaremos el encuentro para incluirlo en nuestro documental.
Por cierto que, en cuanto al documental, hemos grabado muchísimo material, hemos entrevistado a casi toda la base, y tenemos recursos desde el avión, desde le helicóptero, desde el barco, recursos de lobos marinos, ballenas, pingüinos, glaciares, icebergs, etc etc. ASí que yo creo que podremos sacar un gran trabajo adelante.

Pasillo principal, de unos 200 metros de largo

Pasillo principal, de unos 200 metros de largo

En cuanto al frío, dentro de la base se está muy bien con un chandal y un sweater… Hay calefacción, claro. Pero fuera… aunque nuestro equipo parece ligero, está compuesto por varias capas. Primero, unos pantalones interiores térmicos, y camiseta de manga larga interior térmica. Todo ellos transpirable… ya es como una segunda piel para nosotros… Encima de eso llevo unos pantalones gruesos de escalada, forrados por dentro con tela de esa llamada polar. Una camiseta térmica de algodón. Así puedo estar tranquilamente por la base. Pero para salir, hay que añadir los pantalones exteriores, supergruesos, impermeables y con tirantes. Una chaqueta cortavientos y térmica. Encima de ella, la chaqueta exterior con capucha y gafas contra ventisca. Y dos pares de guantes, los polares interiores, y los exteriores. De calzado, calcetines gorditos y unas botas de piel que no se mojan y que son durísimas, pero que mantienen los pies calentitos. Ah, y una cinta interior para calentar las orejas y sujetar el pelo. Con todo eso puesto, no se pasa nada de frío y no te mojas aunque te revuelques por la nieve. Lo único que queda al aire es la punta de la nariz… por eso todos la tenemos bastante colorada.

Estalagtitas de hielo, la nieve se acumula junto a los módulos

Estalagtitas de hielo, la nieve se acumula junto a los módulos

Ahora mismo, con este viento de más de 80 KM por hora, la sensación térmica debe ser más o menos de menos 20 grados… Así que de salir hoy nada de nada… Los únicos que han salido son los militares que tienen que derretir agua, y alguno que otro para el mantenimiento de la base. Hoy es un día «especial» porque, por el mal tiempo, no se trabaja como se haría normalmente… así que el cuarto de juegos está repleto de gente… como en un bar! A ver en qué ocupamos el día, supongo que grabaremos más recursos de la base por dentro, y alguna entrevista más.

Queda poco para que se cubran de nieve y hielo las ventanas

Queda poco para que se cubran de nieve y hielo las ventanas

Sobre el cambio climático, aquí nos han dicho que sí que se nota, que se han alcanzado temperaturas más altas de lo normal, y que también se nota en las migraciones de los pingüinos, por ejemplo, en las fechas en las que ponen huevos y cosas así. Sobre el desprendimiento de la placa de Wilkins… esa placa está al oeste de la península antártica, nosotros estamos en una isla al este de esa península. Nadie nos ha comentado nada sobre ese tema, nosotros lo vimos por internet, en un diario español. No parece que sea una gran noticia…
Las ventanas se están cubriendo de nieve… hoy era el día previsto para nuestro despegue… pero creo que hasta el sábado no saldremos de Marambio, si mejora el tiempo, claro.
Si alguien tiene alguna duda más, que pregunte, que hoy no tengo mucho que hacer por aquí.
Un saludo, y hasta pronto!

Posteado por: dacilpolar | febrero 16, 2009

Un vuelo inolvidable

Volando junto a la isla de Ross
Volando junto a la isla de Ross

Volando sobre la Antártida 

Base Marambio, témpanos flotando al fondo
Base Marambio, témpanos flotando al fondo

Para hoy teníamos prevista una excursión de unas 6 horas hasta la costa de esta isla para ver pingüinos. Sin embargo, una vez más, Bruno nos tenía preparada una sorpresa: un viaje en Twin Otter por las islas cercanas a la base. La idea de caminar con este frío enseguida parecía una tontería comparada con este viaje, que es único, sólo al alcance de los pilotos militares que trabajan en esta zona, un vuelo no apto para turistas ni para cardíacos. Hemos salido temprano, sobre las 10, porque estaba previsto que el tiempo empeorara con rapidez a partir del mediodía. Así que nada, todos adentro, cinturones abrochados, y a volar…

Lo que vimos no se puede describir… mejor unas fotitos!

 

Volando sobre el mar de Wedell
Volando sobre el mar de Wedell

Inolvidable... ¡gracias Bruno!

Inolvidable... ¡gracias Bruno!

Creo que hemos sacado más de 1.000 fotos… es precioso, tan blanco, tan puro… Cada iceberg es una obra de arte, cada destello, cada reflejo en el mar… Creo que soñare con este día mucho tiempo, nunca habrá imaginado un bautizo mejor en la Antártida. Todo fue perfecto… todo, menos las turbulencias junto a la isla de Ross, aunque nunca sabremos si eran turbulencias o que Bruno había cogido los mandos (sí, literalmente, no sé cómo , pero cogió los mandos). El caso es que sentimos unas cuantas sacudidas a derecha e izquierda. Cinturones abrochazos, por favor… y a seguir disfrutando de las vistas.

Twin Otter, nuestro avión

Twin Otter, nuestro avión

Yo, como siempre, me mareé un poquito, pero nada a final. No me ayudó que de regreso a la base una nube hubiese cubierto la base y… claro, sin visibilidad no se puede aterrizar. Así que una pasada en medio de una nube… no aterrizamos. Salimos a mar abierto, vemos de nuevo nuestro carguero ruso anclado en la bahía. Damos la vuelta y nos dirigimos otra vez hacia la montaña… hacia la nube… pasamos yyyyyy… nada. Otro intento, volvemos a mar abierto, un giro pronunciado sobre el mar (aproveché para ver un par de focas tomando el sol sobre los témpanos) y volvemos hacia la montaña, hacia la nube. Visibilidad cero… giro pronunciado, otra vez hacia el mar. A estas alturas yo ya estaba bastante mareada… Aterrizamos al quinto intento! Así que cuando tomamos tierra los pilotos y el personal de la fuerza aérea nos «bautizaron»… cuerpo a tierra y nieve dentro de la ropa!

Bautizo antártico de Miguel

Bautizo antártico de Miguel

Muy divertido, pero da qué pensar el hecho de que junto a la pista ya hubiera preparada una ambulancia y una dotación contra incendios… En fin, todo bien, un viaje que no olvidaré nunca, desde luego… una grandísima experiencia. Los que no han regresado aún a la base son los que partieron hacia la pingüinera, el tiempo ha empeorado antes de lo previsto, y hay niebla. Para mañana se esperan grandes nevadas y mucho frío, así que por lo menos hasta el viernes no nos iremos de aquí, si es que nos vamos!

Un saludo y hasta pronto!!

 

Posteado por: dacilpolar | febrero 16, 2009

Marambio

El más grande que vi, más alto que el barco!
El más grande que vi, más alto que el barco!

De nuevo en tierra 

Al final el viaje en el Vladimiyr Golovnin no ha estado tan mal.La comida era, cuando menos, rara, igual que la bebida y el café. Los camarotes… «antiguos», y el aspecto general, oxidado. Sin embargo la travesía de ayer nos dejó a todos con la boca abierta. Cuando finalmente cogimos el helicóptero para regresar al barco (retrasaron nuestro vuelo porque se había hundido una barcaza en la bahía y había que reflotarla, sin heridos) había caído la tarde y se había nublado bastante. No soplaba casi nada de viento, así que el mar estaba de un color plomizo, como de metal, y aunque el cielo estaba algo oscuro, los icebergs de la bahía y los glaciares resplandecían, tenían una luz extraña, especial, de un azul y un blanco intenso. Calma casi total, y frío intenso.

Llegamos al Golvnin con pocas ganas, aunque estamos hechos ya unos expertos en subirnos y bajarnos con nuestras respectivas maletas a un helicóptero en marcha. Bruno ha logrado que seamos tremendamente «operativos». Nadie quería estar a bordo, la base nos había encantado. Sin embargo, un traductor ruso argentino nos dijo que iniciábamos la marcha hacia la base Marambio, casi un grado y medio de latitud más al sur, y donde, en teoría, pasaremos unos 4 días, y a mí por lo menos me cambió la cara. Subimos al puente de mando y de ahí a la cubierta superior. No soplaba nada de viento y el mar estaba completamente quieto, como espeso, metálico, pesado. Y comenzamos la marcha para salir de la bahía. En cuanto el barco cogió algo de velocidad (no mucha, por seguridad)  empezamos a ver un paisaje único, es impresionante navegar entre icebergs. Corríamos de un lado a otro de cubierta para fotografiarlos, nos pasaban muy muy cerca, algunos con pingüinos encima que se tiraban al agua asustados. Y sin duda lo más especial para mí fue llegar al Golfo Erebus y Terror… podría decir que esos dos nombres (Erebus y Terror) son el motivo por el que estoy viviendo todo esto. Un día, hace 2 años, oí hablar de esos dos barcos, su trágica historia, y fue por conocer todos los detalles de lo que ocurrió por lo que empecé a interesarme en la historia de las exploraciones árticas y antárticas.

 

Lo que tuvo que atravesar el Golovnin

Lo que tuvo que atravesar el Golovnin

Para mí el Erebus y el Terror son casi viejos amigos, así que na vegar por unas aguas que llevan sus nombres ha sido algo muy especial. Y más aún cuando, de pronto, frente al barco, surgió un chorro de aire entre el hielo… «Por allí resoplaaaaaa» sí, ballenas, orcas y jorobadas. Fue una travesía inolvidable… y casi me quedo helada después de dos horas corriendo por la cubierta. A la hora de cenar llegamos a una masa de hielo más densa y el barco tuvo que abrirse camino entre ellos rompiéndolos con la proa. Qué ruido y cómo se movió el barco al chocar contra los icebergs…

Amanecimos fondeados en el mar del Terror, frente a la montaña donde se encuentra la base Marambio. A mediodía, con calma total, volvimos a hacer una operación logística con el helicóptero (ya empezamos a ser expertos en subirnos y bajarnos en poco tiempo y sin que se nos vuele nada). Y a eso de las 12 de la mañana (hora de tierra, porque en el barco hay una hora más que en la base… curioso, sí) llegamos a esta base donde pasaremos, con suerte, unos 4 días más, hasta que nos saquen de aquí en Hércules.

Mar metálico, mar del Terror...
Mar metálico, mar del Terror…

La hemos recorrido entera y no se parece en nada a Esperanza. Esto es más como un módulo lunar, parece la estación espacial internacional. Está llena de gente de diferentes países, y los módulos se comunican unos con otros por pasarelas sobre la nieve… Es un lugar muy extraño, pero se parece más a la idea que tenía yo de la Antártida. Por cierto, como está en lo alto de una montaña hay unas vistas espectaculares del mar del Terror y sus icebergs. Además, hay internet, así que vuelvo a estar comunicada, y eso que estamos más al sur, es más difícil llegar y hace mucho más frío.

Mañana haremos una excursión hasta la costa para ver unos criaderos de pingüinos…

Hay muy buen ambiente en la base, creo que lo pasaremos muy bien… Y como reza en la pared del comedor «Cuando llegaste no me conocías, pero cuando te vayas, me llevarás contigo».

Hasta pronto!

 

 

Posteado por: dacilpolar | febrero 14, 2009

Llegamos!!

Postal desde Esperanza... y lo del fondo es un lobo marino!

Postal desde Esperanza... y lo del fondo es un lobo marino!

Cabaña donde sobrevivieron 3 naúfragos en 1903, la base al fondo y a la izquierda nuestro helicóptero llevando carga al barco
Cabaña donde sobrevivieron 3 naúfragos en 1903, la base al fondo y a la izquierda nuestro helicóptero llevando carga al barco

Hemos pisado suelo Antártico

Después de más de 12 horas en un buque viejísimo ruso, contratado por Argentina, el mal tiempo nos impedía bajar a tierra. Estábamos frente a la Bahía Esperanza, podíamos ver desde cubierta las casas rojas de la base, los glaciares que la rodean, las montañas nevadas, los icebergs de la costa, pero el viento, de más de 150 km por hora, nos obligó a permanecer a bordo… tan cerca y tan lejos. Entonces cobraron sentido las palabras de una amiga de esta expedición… «hasta que no lo tocás, no existe». Y tan cierto. Casi no nos desembarcan, pero al final, en una operación digna de una película bélica, nos subimos con nuestras maletas en un helicóptero ruso de dos hélices, y desde la popa del carguero tomamos rumbo a Esperanza. El vuelo duró sólo 4 minutos, pero la descarga de adrenalina fue tan brutal que cuando pisé ltierra casi no podía creerlo. Bajo las hélices, con un viento intensísimo, mucho frío y un ruido ensoredecedor, saludamos  a los miembros de la base que estaban en formación para recibir al coronel Irusta, que viajaba con nosotros. Cuando por fin el helicóptero se marchó, ya sí, por fin, pudimos gritar que estábamos en la Antártida!

 

Fiesta de pingüinos

Fiesta de pingüinos

Cómo nos ha costado llegar, qué mal tiempo nos ha hecho, qué mal lo hemos pasado en algunos momentos de incertidumbre, pero sin duda, ha valido la pena. La Base Esperanza es preciosa, está rodeada de glaciares, montañas, y pequeñas playas en las que abundan los pingüinos, y al´gun león marino también. El tiempo ayer fue infernal, pero hoy  ha sido todo lo contrario. Aunque lo mejor, sin durçdarlo ni un segundo, la gente. Muy amables, encantadores, habladore, se han portado de maravilla. Es una pena que por cuestiones logísticas sólo hemos podido estar aquí 22 horas. Tenemos que coger de nnuevo el helicóptero ruso y volver al carguero. NOs vamos a otra base, la MArambio. Espero que sea tan bonita como ésta. En cueanto puedo subo fotos… pero de momento ya es todo un milagro que haya podido escribir algo. Nunca imaginé que llegar hasta aquí costara tanto, tantos medios, tanta coordinación entre ejércitos y países. Es increíble.

Hoy he visto una cascada que manaba justo de debajo de un glaciar, y donde formaba una pequeña charca había un montón de pingüinos jugando con el agua… No hay palabras para describirlo, afortunadamente sí hay fotos. Un saludo a todos.. me voy al helicóptero ruso!! por suerte hoy no hay viento!!

Vista desde el barco, un iceberg con un pingüino perdido

Vista desde el barco, un iceberg con un pingüino perdido

 

 

 

 

 

Posteado por: dacilpolar | febrero 11, 2009

No se llega, te llevan…

A la Antártida no se llega, te llevan…

Llegar a la Antartida es como «remar en dulce de leche». As{i de dif{icil… No tengo tiempo para escribir mas, solo decir que estoy en un ciber en Rio Gallegos (donde no puedo poner acentos), y que nos han retrasado el vuelo en Hercules a la Antartida un dia mas, saldremos mañana por la tarde, si hay suerte. La patagonia, lo que hemos visto es precioso. Y el viaje en Hercules, un horror, no se lo deseo a nadie. Es incomodo, caluroso y frio al mismo tiempo. Ademas, para acabar de estropearlo, cuando ya estabamos todos a bordo, sentados y a punto de despegar, corriendo por la pista, de pronto, nos dicen que volvemos a la base porque hay un problema en el motor. Así que dan media vuelta, nos llevan al hangar otra vez, y se ponen a desmontar el motor. Entonces empieza una tormenta importante…  Así que dos horas más tarde, volvemos a intentar despegar, y esta vez sí, salimos, dando grandes bandazos. Al final del vuelo cayó un tornillo de no sabemos muy bien donde… En fin, cosas de los Hércules, nos han dicho…

Y cuendo llegamos… viento de 80 nudos, en fin. Estamos en la base militar d ela fuerza aerea, y… solo podemos esperar a que mañana la meteorologia este de nuestra parte.

 

La Patagonia, junto a la Base militar de Rio Gallegos

La Patagonia, junto a la Base militar de Río Gallegos

Estamos todos muy bien, comemos y dormimos mucho.  Los militares nos «miman» bastante… solo que se «demoran» en llevarnos a la Antártida.

 

Nuestro Hércules, antes de que nos desembarcaran por un fallo en el motor...

Nuestro Hércules, antes de que nos desembarcaran por un fallo en el motor...

Un saludo a todos, espero poder escribir pronto.

 

Posteado por: dacilpolar | febrero 9, 2009

VÍSPERA DE UNA AVENTURA

VÍSPERA DE UNA AVENTURA

 

Mañana es el día con el que hemos estado soñando durante meses, puede que años, o la vida entera. Mañana se cumplirá un sueño que en los últimos días nos ha estado esquivando. Mañana veremos el mundo con otros ojos, saltaremos de la cama como niños, llevaremos el equipaje como quien lleva un juguete nuevo, saltaremos al Hércules como al autobús escolar cuando hay excursión… como dijo el coronel Irusta (ya un amigo de esta expedición) «mañana nos haremos más chicos», y seguro que la sonrisa será imborrable, y el corazón se nos saldrá del pecho. La sensación es como la de la noche de Reyes… cuando éramos niños. Me alegro de sentir esta ilusión por algo, dan ganas de echar a reír y no parar, de saltar, de gritar. Y si lo pienso detenidamente, viendo pasar Buenos Aires desde la ventanilla de un taxi, hasta se me pone la piel de gallina. Si se hace el silencio entre los miembros del grupo, Miguel, Bruno, Gustavo, Jorge, Encarna y yo, a todos se nos pierde la mirada y nos llega de pronto un brillo a los ojos… eso es que estamos pensando en mañana, y se nos dibuja una sonrisa contenida en la cara… Aquí hemos formado un buen grupo, parece que nos conociéramos desde hace tiempo ya… Nos reímos mucho juntos, como amigos de siempre. Incluso me han enseñado a jugar a Mus. No hay muchos momentos para reflexionar calladamente sobre este viaje, momentos de instrospección, o intimidad personal por así decirlo, no hay momentos, salvo cuando escribo este blog. Lo que pienso entonces es… que me gusta sentir esta intranquilidad, estas ansias, como quien espera un regalo. A veces se olvida lo que es la ilusión, y te acostumbras a vivir en la rutina… salir de ella es realmente emocionante.

Mañana iniciamos un viaje que va más allá del continente helado, de los hielos milenarios, o del frío y el mar congelado. Nos han dicho que volveremos a la infancia, que nos haremos más viejos, que iremos a otro mundo, otro planeta, que volveremos a nacer después de esto. Dicen que sentiremos un golpe en el corazón, que quedaremos impresionados por su belleza y sentiremos lo pequeño que es el ser humano ante tanta pureza…
Mañana… ¿quién puede esperar en un Buenos Aires a 30º? Sólo espero poder dormir… La próxima vez que escriba lo haré desde la Antártida…

Mientras tanto, pasamos el rato…

Jorge haciendo tiempo en la goleta Uruguay

Jorge haciendo tiempo en la goleta Uruguay

 

Un saludo a todos, y hasta pronto.

Posteado por: dacilpolar | febrero 8, 2009

Seguimos esperando y esperando…

SEGUIMOS ESPERANDO Y ESPERANDO

Pues eso… seguimos en Buenos Aires, tan cerca y tan lejos de nuestro destino. Es una ciudad muy bonita, y hace una temperatura perfecta, con días radiantes de sol y brisa fresca. Es muy, muy agradable. Pero… ¡no es la Antártida! Parece que estamos atrapados en el borde de un sueño, que no termina de llegar. Yo estoy impaciente… Ayer estuvimos en una reserva natural, parecida a una selva, en todos los sentidos… ¡con sus mosquitos y culebras! Hoy escuecen las múltiples picaduras que me traje de esa visita… Literalmente tuvimos que salir corriendo de la reserva perseguidos por los insectos, y pararse a hacer una foto era sinónimo de 3 ó 4 picaduras… Hemos pagado un alto precio por cada instantánea…  

Un trozo de selva

Un trozo de selva infestada de mosquitos

Luego navegamos por el río de La Plata, el delta del río. Y claro, chanclas, crema solar, gafas de sol, barcos veleros, bañador, mosquitos y pantalón corto no es la idea que traíamos de un viaje a la Antártida. Es muy curioso que dentro de sólo unos días vayamos a pasar tanto frío. ¡Está siendo un viaje muy completo!

Bueno, salimos ya para el Barrio de Boca, el de las casas de colores.

Una casa ribereña

Una casa ribereña

Seguimos viendo Buenos Aires…

Caminito, en el Barrio de la Boca

Caminito, en el Barrio de la Boca, es como un parque temático del tango

Bailando tango... y qué gran contrabajista

Bailando tango... y qué gran contrabajista

Un saludo y ¡hasta pronto!

 

 

Posteado por: dacilpolar | febrero 6, 2009

Comando Antártico

COMANDO ANTÁRTICO

Hoy por fin nos hemos empapado de la Antártida, empezamos a oler el hielo ya… y eso que nos han vuelto a retrasar el viaje. No saldremos hasta el martes. Cogeremos un Hércules en el aeródromo de Palomares, en pleno Buenos Aires, y de allí a Río Gallegos. La escala allí será corta, de unas horas solo. Y desde la base hasta la Antártdida el recorrido no está claro, porque cambia según las condiciones. Lo único seguro ahora es que nos aproximaremos a nuestro destino en barco, y que nos dirigimos a Base Esperanza, aunque puede que hagamos noche en alguna otra base por el camino. Desde Madrid parecía fácil llegar, es decir, avión hasta Buenos Aires, y avión hasta la Antártida. Pero cada día que pasa se hace más complicado llegar hasta allí, y eso sólo consigue que tengamos cada vez más ganas de hacerlo. Hemos pasado toda la mañana en el Comando Antártico, un destacamento del ejército argentino que es el que se encarga del abastecimiento, mantenimiento y logística de las bases agentinas en la Antártida. Nos han dado unas charlas en la que nos han contado primero lo más formal y luego lo más anecdótico (y lo más interesante y cercano también) del trabajo antártico argentino. En el comando hay un pequeño museo sobre la trayectoria argentina en la Antártida, y resulta muy interesante porque se pueden ver motos, orugas, trineos, equipaciones, maquetas, fotos y objetos originales de las expediciones, desde las más recientes hasta las más antiguas (y llevan ya más de 100 años en el continente helado). Junto a la sala museo están los depósitos de intendencia. Son muy curiosos porque hay muchísimo material de todo tipo: botas, arigos, guantes, herramientas… de todo, pero está en perfecto orden marcial. Estanterías que llegan hasta el techo del almacen donde todo está en su tan alineado que resulta casi hasta fotogénico. Es como un gran supermercado de material de frío y montaña. Viéndolo se nos han puesto los dientes largos…

 Una parte del alamacen

Todos con los que hemos hablado en el comando han estado ya en la Antártida, y todos tenían anécdotas, algunas simpáticas y otras más metafísicas, sobre los turistas de los cruceros, los pingüinos, la soledad, la amistad, la solidaridad entre las diferentes bases y países… Y todos coinciden en que esto te cambia… que te vuelves un poco más «chico» (pequeño) porque todo te sobrepasa… Yo estoy impaciente por sentir todo eso que cuentan, dicen que saca lo mejor de cada uno, lo más puro, como el aire que se respira allí, o como el hielo y la nieve que llevan miles de años cubriendo el continente… Con ese hielo milenario, por cierto, nos han contado que se preparan unos cubatas de infarto: «el único lugar de la Tierra donde el hielo es más antiguo que el whisky», nos han dicho. Los llaman «gruñones», y habrá que probarlos, por supuesto.

Por cierto, ya he visto mi primer pingüino… pero estaba disecado en una de las salas del museo, así que no cuenta como avistamiento.

Y otro avistamiento importante hoy… varios carteles de Zp con Touriño. Las elecciones gallegas están a la vuelta de la esquina, y hay que hacer campaña para ganar el voto emigrante. Curioso encuentro…

Está anocheciendo en Buenos Aires. Son algo más de las 9… Hoy ha hecho un día precioso, y caluroso. Es hora de buscar un sitio para cenar, y ,si se puede, escuchar algún tango, que ya es hora, y es viernes…

Un saludo, y hasta pronto!

 

Older Posts »

Categorías